IX El
código inglés
En un principio pensé
titular esta columna como Dios debió ser inglés, pero sé que muchos lo refutarían
diciendo: no, Dios es mexicano, por eso Birdman
de Alejandro González Iñarritu se llevó cuatro estatuillas este domingo. Pero
en seguida les explico a qué me refiero.
En una noche llena de
tanta sensibilidad en la que los discursos estuvieron dirigidos hacia el
concepto de “igualdad” en el país conformado a partir de la diversidad. El
mensaje de todos los galardonados en los premios Oscar se resume a que no
importa el género, la raza, el credo, la orientación sexual, la nacionalidad o
las capacidades diferentes, todos debemos aportar para mejorar nuestro mundo.
Y es de estas
aportaciones precisamente de las que quiero hablar. Entre otras cosas, en
Inglaterra se crearon el fútbol soccer y el boxeo, como los conocemos ahora; dos deportes,
espectáculos y negocios muy importantes a nivel mundial. También es en este
país donde el Teatro tuvo su origen como recinto, como empresa y como oficio. Igualmente,
es ahí, en el Reino Unido donde nace y muere el creador de lo que sería la
primera “computadora” de la historia.
The imitation game o El código enigma como le nombraron en
Latinoamérica es la película que ganó Mejor guión adaptado escrito por Graham
Moore en la octogésima séptima entrega de los Oscar. Dirigida por Morten Tyldum y basada en el libro
(Alan Turing: The Enigma) de Andrew
Hodges, ésta nos habla del matemático británico Alan Turing, quien, junto con
su equipo ayudó al ejército británico durante la Segunda guerra mundial a
descifrar los mensajes nazis que pasaban en código por un aparato llamado Enigma,
para así contribuir a que los aliados a vencieran a los germanos, a partir de
la construcción de una máquina electromecánica. El otro tema que se aborda es
el secreto que este genio guarda.
Esta es la forma sintetizada de
contarla, pero la cinta tiene varios aspectos que son interesantes de analizar.
La recreación de escenarios y ambientes de la época es muy buena. Las
actuaciones son sobresalientes, muy a la inglesa; aunque en mi opinión Keira
Knightley (Joan Clarke) ha tenido mejores interpretaciones como la de Ana Karenina, La Duquesa, u Orgullo y prejuicio,
por mencionar algunas. Mientras que, Benedict
Cumberbatch como Alan Turing nos regala un mesurado papel bien ejecutado. Quien
a mi juicio es verdaderamente destacado es Alex Lawther.
Según algunas páginas –como el
suplemento Cinemanía del periódico El País, El diario.es o la revista Cloud
computing en español- históricamente el guión parece tener varias
inconsistencias, pero es aquí donde volvemos a la defensa del lenguaje
cinematográfico, ya que no es que el director, el autor o los actores quieran engañar
al público; es sólo que por cuestión de tiempo de filmación, fotografía, diseño
de arte o incluso de construcción de personaje o simplemente por mantener la
línea narrativa en una historia que debe ser contada en un cierto número de
minutos y editada para su mejor apreciación, pues hay cosas que se salen de
contexto; algunos elementos de la “realidad” o incluso de la obra literaria no
funcionan para la pantalla, así que se tienen que simplificar y de paso, pues
sí los realizadores les dan una manita de gato para que se vean “más bonitos”,
porque una parte esencial de la cinematografía es la “estética”. Insisto en que
no se puede juzgar igual un filme de ficción (aun biográfico) que un
documental.
Sin embargo, la trama
es interesante, pues Turing y sus compañeros van contra reloj para conseguir
una misión de guerra, aunque para ellos es una cuestión más bien científica o
personal que política. Esta misión los lleva en un momento dado a decidir si la
gente va a morir o no, lo que los convierte en una especie de dioses escondidos de manera
ultra secreta en las instalaciones de Blechtley
Park.
Lo trascendente es que nos presentan al espectador común (a esos que no
conocemos a los cerebros detrás de la tecnología que utilizamos día a día) al
pionero de la informática, que por si fuera poco, con su trabajo colaboró a
reducir el tiempo de la guerra.
Así que además de las
aportaciones del Reino Unido al mundo mencionadas arriba, contemplando ya a
Turing y su máquina, los ingleses cuentan
también con Shakespeare, Wilde, Chaplin, Los Beatles, el propio Stephen Hawking
del que hablamos la semana pasada, hasta JK Rowling, entre muchos otras personalidades
de distintos ámbitos (incluida una larga lista de actores y personajes) que le
dan su toque tan “british” a nuestra existencia.
X Que viva el cine mundial
Hemos
dedicado varias líneas al cine norteamericano y a lo referente a la entrega de
premios Oscar, pero de ninguna manera eso quiere decir que no nos interese el
cine europeo o de otros lugares del planeta. De hecho sí hemos platicado ya de
algunas realizaciones británicas o incluso francesas, además de que hemos
mencionado obras literarias de diferentes partes del mundo como Estados Unidos,
Inglaterra, Francia, Irlanda, Canadá o inclusive México.
Por
supuesto que le dimos seguimiento a la entrega de los Goya en España y nos enteramos
que el thriller policiaco La isla mínima de 17 nominaciones, se ganó diez
galardones. Pero el asunto es que aquí nos toca hablar de adaptaciones y recuerden
ustedes que en esta ocasión el premio al mejor guión adaptado se lo llevó la
película basada en un comic español de los años cincuenta, contemporánea del
galo Astérix y posterior al también francés, Las aventuras de Tin-Tín -que
realizara en animación 3d Spielberg en 2011-, hablo de Mortadelo y Filemón, a
quienes sólo algunos que crecimos en los años ochenta los conocimos por una
canción de Parchís. Así pues el caso no es muy alentador para nuestra causa y
cuantimás que estos valientes detectives luchan contra Jimmy "el
cachondo", lo cual en la península ibérica significa bromista, pero en
México eso en vez de cinta infantil animada, nos podría sonar mmm... algo raro ¿o no?
Siguiendo
con el tema de lo extranjero, supongo que ustedes ya saben que aquí en Querétaro
se está realizando el octavo festival de
comunidades extranjeras (27 de febrero al 23 de marzo). Dentro del evento, este
año se está llevando a cabo un ciclo de cine muy interesante denominado
Travesías del 27 de febrero al 8 de marzo, en el que se proyectan filmes de los
años ochenta, noventa y hasta el 2010 provenientes de Suecia, Australia, Arabia
Saudita, Francia, Alemania y Cuba y algunas co-producciones donde participan
además naciones como Camerún, Bélgica, Italia o Vietnam. Los temas y las realizaciones
son diversos; hay para todos los gustos y las funciones son entrada libre en el
Cine Teatro Rosalío Solano. Los invito a que consulten cartelera y que asistan.
De lo
que se podrá ver en dicho ciclo, según sé únicamente hay una adaptación y esa
es la de Mi vida como un perro, dirigida
por Lasse Hallström, basada en la novela de Reidar Jönsson. Se trata de una producción
sueca de 1985, la cual mereció en su momento varias nominaciones y varios
premios en diferentes entregas y festivales. De lo que trata sólo les diré que
son las vicisitudes que tiene que pasar un niño cuando por la enfermedad de su
madre va a vivir a casa de unos parientes. Conmovedora, reflexiva y por
momentos alocada.
De
trama muy distinta, pero del mismo país (Suecia), adaptación de un libro y que
comparte el hecho de que el protagonista es un niño que necesita encontrar su
lugar en el mundo, me viene a la memoria Déjame
entrar (Låt den rätte komma in.2008)
Dirigida por Tomas Alfredson, basada en el best seller de John Ajvide Lindqvis. Oskar, un chico de 12 años que
sufre de bullyng necesita ser aceptado y así es como consigue la amistad más extraña,
pero de las más fuertes y entrañables de la pantalla que yo recuerde, una niña
vampiro. Este maravilloso filme tuvo su remake norteamericano (Let me
in) en 2010.
Otra magnífica película sueca, por supuesto es Milennium, de la que se hicieron dos
versiones: la original de 2009, que siguió con la saga escrita por Stieg
Larsson : “Los hombres que no amaban a
las mujeres”, “La chica que soñaba
con un cerillo y un galón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire; por otro lado
está la norteamericana, titulada La chica
del tatuaje de dragón (The Girl with the Dragon Tattoo en 2011), protagonizada por Daniel
Craig, dirigida por David Fincher. Pero sin duda me quedo con la trilogía en la
cual, la primera cinta estuvo dirigida por Niels Arden
Oplev y las otras dos por Daniel
Alfredson, porque me parece más auténtica
en todo sentido: en la lengua (o idioma), las actuaciones, aparentemente la
cercanía con el texto y una buena producción, aunque no tuviera a James Bond en
ella.
Recordemos
que los Institutos de Cultura de todo el país siempre tienen actividades
relacionadas al séptimo arte , igual que a la literatura; simplemente hay que
echar un ojo y darse cuenta de los buenos esfuerzos tanto de las instituciones
públicas como de las privadas o universidades, así como grupos independientes u
organizaciones.
XI Pasta
al mezcal con un toque de maguey
o
la importancia de llamarse Harry
En medio de un festival
en el que están sucediendo muchas cosas y seguirán sucediendo por seis días
más, me refiero al FICG (Festival Internacional de Cine en Guadalajara) se está
cocinando lo que me parece una exquisita mezcla de sabores.
La pasta. Para
nuestra receta de hoy, primero pones la pasta y salpimentas. En otras palabras,
la nación invitada es Italia y el galardonado el Director Bernardo Bertolucci quien nació en Parma, en sus inicios asistió a Pier
Paolo Pasolini, ha realizado polémicas producciones como El último tango en
París, lo mismo que ha ganado numerosos reconocimientos. Y entre muchas otras
películas, hizo algunas adaptaciones de libros como El conformista, El último
emperador, El cielo protector o
la más reciente Tú y yo (2012). A Bertolucci se le otorgó el
Premio Mayahuel al cine Internacional, pero desgraciadamente el poeta del
cine por razones de salud no asistió al
Festival.
Tips para una mejor cocción. Además, por la página web del FICG nos enteramos de que se
están llevando a cabo diversas actividades en torno al país huésped que tienen
que ver por supuesto con su industria cinematográfica, como la Cátedra
Julio Cortázar en la que participa Bruno Bozzetto, famoso animador
italiano, pero también con su gastronomía.
Sazón tradicional. Para darle un sabor muy mexicano agregas
un chorrito de mezcal. Desde el 2007, El Premio Mezcal considera a todos los largometrajes que se estrenen a nivel nacional en el marco del festival en cualquiera de sus
secciones. Este año se agregan dos
categorías: Hecho en México y Mexicanos en el extranjero.
Para dar un sabor dulce y gourmet, acompañamos
con unos quiotes (flores) de maguey. Desde hace cuatro años existe una sección, dedicada
a las producciones que se refieran a la diversidad sexual. En esta ocasión el Premio Maguey en su categoría
Homenaje Póstumo, tiene una dedicatoria especial al director, y escritor italiano Pier Paolo Pasolini, quien es conocido por su extraordinario trabajo y
que en su momento causó controversia a causa de su homosexualidad.
El
postre. Entre muchas otras novedades que tiene la edición
número treinta de este evento, la cereza del pastel, al menos para nuestra
causa, es El Principio del film, un
espacio que se dio este domingo, dentro de la sección Industria, dedicado a la
negociación de los derechos de obras literarias para poder llevarlas a la
pantalla, al menos en Latinoamérica. Otro de sus objetivos fue debatir
sobre las políticas referentes a las adaptaciones a nivel internacional.
No necesitamos ser
expertos para saber que la versión fílmica de una novela, una saga o un relato,
tendrá éxito casi asegurado. Para el
público es como una especie de garantía el que una película haya salido primero
de la pluma de un escritor, quizá porque es más reconocido como artista que el
guionista. Si el libro es bueno o por lo menos muy vendido, entonces surge algo
así como un morbo automático por ver si la cinta logra también conquistarnos;
lo curioso es que aunque nos guste, casi siempre salimos de la sala de cine
diciendo: “el libro es mejor”. Si no hemos leído el original, será pretexto ver
el filme para conseguir el impreso y comenzar a hacer comparaciones.
La pregunta aquí es cuál es la importancia de que se
desarrolle un foro como éste. Un libro no siempre es fácil de adquirir o a
veces de entender por diferentes razones, así que la forma masiva y simplificada para que se dé a
conocer un escrito, de hecho, quizá la mejor manera es a través de la versión
en cine. Y digo la mejor porque por ejemplo, seguramente hay obras de países no
hispanohablantes que son sublimes, sin embargo nos tenemos que conformar con
las traducciones a nuestra lengua, pero esa lectura se ve enriquecida cuando
podemos ver las diferentes interpretaciones visuales del texto.
Recordemos películas
mexicanas basadas en libros de autores también mexicanos como; La vida conyugal de Sergio Pitol; Dos crímenes de Jorge Ibargüengoitia; Las batallas en el desierto de José
Emilio Pacheco; Como agua para chocolate
de Laura Esquivel; así como las contribuciones a la literatura latinoamericana
de países como Uruguay con La tregua
de Mario Benedetti o Colombia con El coronel no tiene quien le escriba de
Gabriel García Márquez; también la
visión mexicana de obras como: El crimen
del padre Amaro de Eça de Queirós de
Portugal o Crimen y castigo de Fedor
Dostoievski de Rusia, por mencionar sólo algunas.
Por eso, es sumamente
importante el hecho de que exista esta plataforma dentro del FICG, primera en
América Latina, en la que participan principalmente productores y agentes
literarios para sentar con mayor claridad cuáles deben ser las reglas para las
adaptaciones. De no existir espacios como El principio del film ¿ustedes creen que de verdad tantos millones
de personas en el mundo conocerían historias como la de Harry Potter?
XII Lo
que nos trajo la primavera
Hace mucho, cuando yo
iba a la secundaria (el siglo pasado todavía), nos hacían leer libros como María de Jorge Isaacs o Marianela de Benito Pérez Galdós, dos
obras que en la trama chorrean miel de lo cursi y que para entender lo
maravilloso de su narrativa, así como el detalle de sus descripciones tuve que
llegar a la Universidad. Peor aún, era parte obligada del programa La tragicomedia de Calisto y Melibea (La Celestina) de Fernando de Rojas, a la cual, de lo “fácil” que es, creo que
también ya en la carrera le dedicamos un semestre completo. Después, en la
preparatoria, leímos entre otras cosas La
tregua, una historia que habla del amor de un señor que se acaba de jubilar;
muy lindo pero para jóvenes de 16 años, pues nos parecía lejanísimo.
¿Por qué les platico
esto? Porque les tengo envidia a las nuevas generaciones, quienes tienen a la
mano varias sagas muy interesantes para leer y por si fuera poco, también para
ver en el cine. Estas obras son muy dinámicas, divertidas y actuales, no del
siglo XIX o del renacimiento, rayando todavía el medievo; libros de un
desarrollo inteligente, con profundidad en la reflexión acerca del individuo o
del proceder humano en cuestión de la sociedad, las relaciones interpersonales
y la política.
Por ejemplo, este
viernes 20 de marzo se estrenará en cine la película Insurgente (Insurgent), la segunda parte de la trilogía Divergente (Divergent), novelas escritas por Verónica Roth. El filme del primer episodio es un buen traslado a las
imágenes de lo que podrías imaginar en las líneas escritas. Shailene Woodley
entendió muy bien a su personaje Beatrice o Tris Prior, sin duda con la ayuda
del director Neil Burger quien recrea la atmósfera futurista de Chicago después de “la guerra”.
Desde los griegos y a
lo largo de la historia, filósofos y
teóricos de otras disciplinas han tratado de describir a la sociedad “ideal”; sin embargo los escritores de ficción del
siglo XX y lo que va del XXI nos han demostrado que cualquier utopía es
inapropiada para los humanos. Así, novelas como Un mundo feliz (Brave new
world) de Aldous Huxley, 1984 de
George Orwell, ¡Hagan sitio, Hagan sitio!
(Make Room! Make Room!) de Harry Harrison - Que sirvió de base
para la película Soylent Green o Cuando el destino nos alcance, como se
le conoció en México -, El dador de
recuerdos (The giver) de Lois
Lowry, entre otras nos han demostrado que el mundo es mundo gracias a sus
imperfecciones, aunque en algunos lugares nos pasamos de imperfectos ¿no creen?
Volviendo al tema de
Divergente, no les contaré de qué se trata Insurgente. En cambio, les diré para
los que no han visto ni leído la primera parte que la joven Beatrice vive en
una familia de la facción Abnegación, los que gobiernan y son “requete buenos”
porque ayudan al necesitado; las otras
facciones que conforman su comunidad son: Erudición donde están los que “saben
todo”, Osadía quienes son los encargados de vigilar el orden, Verdad son los
que hacen las leyes y Cordialidad que son los que viven en “paz”. No he de hablar de las similitudes socio-políticas
con cierto país que ustedes y yo conocemos, ya que no es tema de esta sección.
Lo que me parece curioso es que tanto en
los libros como en las películas sí
pasa algo.
El meollo del asunto
está en que la joven protagonista es Divergente,
es decir “diferente” porque cuando llega el momento de sus pruebas de aptitud para pertenecer a una facción, éstas dan como
resultado que tiene varias opciones (lo cual es inaceptable en esa sociedad), pero cuando
le toca decidir, ella decide Osadía donde se convierte en Tris; allí transcurre
casi toda la trama, ahí conoce amigos y
al galán de la historia Tobías Eaton (Cuatro). También allí se da cuenta de que
en Erudición se gesta una revuelta en contra de Abnegación con la ayuda de un
ejército de Osadía el cual ha sido manipulado,
ya que todo es plan de la mala del cuento Jeanine Matthews, que en la versión
cinematográfica está muy bien interpretada por Kate Winslet. Por supuesto que
Tris es la heroína, por lo que se enfrenta a Janine para echarle a perder el
numerito. Al final ella, su hermano Caleb, Cuatro con su padre, junto con
algunos amigos, se convierten en disidentes y viajan en tren hacia la nueva
aventura que podremos ver a partir de este fin de semana en pantalla.
Les recomiendo de
verdad que vean Insurgent, pues
promete mucha acción, además de un final sorprendente o si desean conseguir el
libro u otro de los que hemos hablado aquí, búsquenlo en las ferias del libro
que ya iniciaron su ciclo este año. Pero, por favor, si quieren celebrar la
primavera, en vez de ir a maltratar alguna pirámide, vayan al cine o lean su
libro preferido.
XIII Los
encantos de la Casa Blanca
Eran las ocho y veinte minutos de la noche del 20
de marzo; la sala estaba llena, todos en sus lugares con los portavasos o los descansabrazos bien armados de palomitas, refrescos y demás chácharas que
son innecesarias, pero que los mexicanos acostumbramos comer en el cine para
estar más entretenidos mientras vemos una película, digo por si hay algo que no
nos gusta o que no lo queremos pensar. La hora prometida llegó, se apagó la luz
para dar inicio al estreno de Insurgente
(de la serie Divergente), la cinta
que recomendamos la semana pasada, la cual creo no nos hizo quedar mal. A pesar
de que algunas jóvenes insistían en
tomarle sabor a comedia romántica con risitas a la menor provocación de un
comentario sarcástico de los personajes, poco a poco pudimos disfrutar de un
buen filme lleno de acción, buenos efectos especiales, en donde la protagonista
va madurando en su desarrollo, además de que nos deja con la duda de qué pasará
en Allegiant (Leal), la tercera parte. Lo bueno es que se puede hacer una trampa muy válida: leer antes
el libro. Además, ya emocionados,
podemos echarle un ojo a la precuela Cuatro,
lo mismo que las trece páginas que Verónica Roth escribió a manera de epílogo.
Pero, como ya dijimos
la semana pasada, no contaremos de qué trata Insurgente. Ahora quiero traer a colación otro tema que está en
boga en México, el caso de Carmen Aristegui; sin embargo, como también ya hemos
dicho aquí, no hablaremos de política. De lo que tratará esta columna es de
cine, literatura y periodismo. Entonces, lo que sucedió con Carmen nos recordó Todos los hombres del presidente y de
eso es de lo que sí hablaremos a continuación.
Como dijera el pedagogo
y escritor Enrique Martínez Salanova Sánchez: “Todos los hombres del presidente, es una película que, al igual
que el hecho y el libro en el que se basa, es un monumento a la libertad de
expresión. Refleja el convencimiento absoluto de que no hay democracia sin esa
libertad, y no hay estado de derecho en el que los medios de comunicación no
velen por el respeto a la democracia”. Es otra de esas joyitas de la
cinematografía, de las que aquí hemos venido hablando, que se hizo merecedora
de cuatro Oscar, por su puesto entre ellos el de mejor guión adaptado.
Un clásico, sin duda,
cuando hablamos de periodismo en el cine, el cual nos trae a la memoria las
actuaciones de Dustin Hoffman y Robert Redford en los papeles protagónicos de Carl Bernstein y Bob Woodward respectivamente, quienes
investigaron el tan famoso escándalo de
Watergate.
A grandes rasgos, aquí
comentaré el caso Watergate para quien
no lo recuerde y para los que todavía no nacíamos. En junio de 1972, cuatro hombres fueron
capturados en el hotel Watergate en Washington, donde se encontraba instalado
el Comité Nacional del partido Demócrata, al que entraron para robar
información. Estos perpetradores habían sido contratados por gente muy cercana
al presidente, lo que dio lugar al “sospechosismo”
de que el propio Nixon estaba enterado del espionaje. Y sí, así era, pero
después de varios sucesos entre los que está el hecho de que intentó poner él
mismo un procurador que revisara el caso o el rodar de varias cabezas (¿les
suena familiar?), al final Richard Nixon
entregó su renuncia en agosto de 1974, después de haber sido acusado por la
Suprema Corte de obstrucción de investigaciones judiciales, de abuso de poder y de ultraje al Congreso,
así como de haber utilizado tanto a la CIA
como al FBI con fines políticos, convirtiéndose en el único mandatario estadounidense que ha
dimitido del cargo (No, esto ya no nos suena familiar).
El caso fue ventilado
por dos periodistas del prestigiado
diario Washington Post, quienes tenían como fuente a un directivo del FBI
, Mark Felt, del cual para entonces sólo
se sabía su seudónimo Garganta profunda. Después,
los propios Carl Bernstein y Bob
Woodward escriben un libro: “The affair Watergate”, en el cual se basa el guión
de William Godmann y la dirección de Alan J Pakula. Otra vez, en voz de
Martínez Salanova diremos que “Todos los hombres del presidente es un excelente
estudio sobre ética y vida del periodista. El desenmascarar toda una
conspiración… Les llevó a recurrir a
métodos cuestionables para el común de la gente y a mentir para preservar la
fuente y sonsacar información a personas de los niveles más dispares”.
Así tenemos un libro escrito con hechos reales, una película seria, bien
realizada, basada en un texto periodístico y una historia que se presta para la
reflexión del comportamiento y los alcances tanto de los políticos como del
quehacer de los medios de comunicación.
Que dónde podemos encontrar esta hermosura. En los sitios de renta por
internet, como ya habíamos dicho antes, o en tiendas que rentan o venden
películas originales. Pero no dejen de verla porque de verdad creo que nos
recuerda las delicias de la Casa Blanca.
XIV In Memoriam
Hoy, estimados lectores, el tema
que nos ocupa es literalmente trágico. Hace unos días el Airbus A320 que volaba
de Barcelona a Düsseldorf se estrelló en la parte francesa de los Alpes; seis
personas de la tripulación, junto con ciento cuarenta y cuatro pasajeros
fallecieron, según datos oficiales, entre ellos dos mexicanas. A todos, con
mucho respeto, les dedicamos esta columna.
Lo que les presento ahora no es
una recomendación, es una remembranza del acontecimiento fatal del 13 de
octubre de 1972, similar al que acabo de mencionar. Me refiero al
accidente del vuelo 571 de la Fuerza
Aérea Uruguaya en la cordillera de los Andes. Este hecho ha merecido, entre
otras cosas: un museo, 15 libros, dos películas y un documental. Aunque la
sociedad de la nieve (el grupo formado por los 16 sobrevivientes) reconoce como
auténticos sólo ocho de esos libros en su sitio oficial, entre los que
sobresalen: Milagro en los Andes de
Nando Parrado; Después del día diez de Carlos Páez; Las montañas siguen allí de Pedro Algorta (los tres autores son
sobrevivientes) y Entre mi hijo y yo, la
luna de Carlos Páez Vilaró (padre de uno de los sobrevivientes). También
son “oficiales” la película Alive,
basada en el libro de Piers Paul Read, filmada en 1993, protagonizada por Ethan
Hawke, narrada por John Malkovich y dirigida por Frank Marshall, así como el
documental Stranded. I’ve come from a
plane that crashed on the mountains (Vengo
de un avión que se estrelló en las montañas), dirigido por Gonzalo Arijon
en 2008.
Pero “El Milagro de los Andes”
llegó a la pantalla muy poco después de haber ocurrido, en 1976, en una
producción mexicana titulada Los
supervivientes de los Andes dirigida por René Cardona, basada en el libro Survive del periodista Clay Blair. En
este filme, que durante los años ochenta vimos una y otra vez en televisión,
aparece un elenco entonces juvenil, acompañado de Hugo Stiglitz, Norma
Lazareno, Luz María Aguilar, Lorenzo de Rodas, entre otros. La cinta provocó cierta polémica debido al tratamiento
del tema del canibalismo que experimentaron los sobrevivientes en medio de la
nieve y en condiciones adversas, además de las imprecisiones propias de una
adaptación. Y sí, en efecto es una realización algo cruda, pero que dista mucho
de las exageraciones de películas que también tratan acerca de accidentes
aéreos como Un día para sobrevivir (The Grey), donde la ficción lleva a Liam
Neeson a cometer verdaderas proezas dignas del héroe de acción en el que se ha
convertido.
Mi compañero y amigo Domingo
Valdés, reportero de este medio, me pidió que hablara de alguna película que
tuviera que ver con el deporte. Los supervivientes de los Andes no está
directamente ligada al deporte, pero sí relacionada, ya que quienes viajaban en ese avión, rumbo a
Santiago de Chile, eran los integrantes del equipo de Rugby Old Christians del Colegio Stella Maris para
disputar un encuentro amistoso, junto con algunos familiares, 45 personas en
total. Aquí el encargo a medias; pero él sabrá, mejor que yo, acerca de
cuestiones como el homenaje a Sergio Catalán en la final de la Copa Libertadores de 1973. Catalán
fue el arriero al que encontraron Fernando Parrado y Roberto Canessa el 22 de
diciembre, después de 72 días de la caída del avión y diez de caminar por las
montañas.
Las investigaciones sobre el caso
del vuelo GW19525, hasta el momento de escribir este número de De tinta y
celuloide, indican que el suceso fue provocado por el copiloto. Resulta entonces que ciento cuarenta y nueve
personas no volvieron a ver a sus
familias por voluntad e idea de alguien más, igual que en el atentado del 11 de
septiembre en Nueva York y del 11 de marzo en Madrid. Al 11/11 se le han
dedicado varias publicaciones y realizaciones fílmicas y al 11-M también,
incluso una canción interpretada por el grupo hispano La Oreja de Van Gogh. No
nos extrañaría pues, que al 24 de marzo también se le rememorara de diversas
formas. Ya en el Diario Milenio dedicaron
un artículo muy emotivo al “último abrazo” de Daniela Ayón, una de las
mexicanas que viajaban a bordo de la aeronave. Por desgracia, no es la primera
vez que un mexicano se encuentra en una catástrofe de esta naturaleza. Recordamos
aquí con cariño y profundo respeto que la actriz Lupita Pallás y su hija Laila
(madre y hermana del comediante Jorge Ortiz De Pinedo) murieron en el atentado
terrorista a un avión que viajaba de Atenas a El Cairo en 1985, sin olvidar los
varios mexicanos en el ataque a las Torres Gemelas.
No hay palabras de consuelo que
alcancen para el dolor de padres, hijos, hermanos, esposos, novios o amigos de
las víctimas del siniestro de Germanwings. Sé que por mucho tiempo estarán a la
espera de que un arriero, en este caso francés, los encuentre, al menos a
algunos de ellos, vivos; tal y como siempre quedarán en nuestra memoria.
XV De
los sueños posibles de Sandra Bullock
La semana pasada me
recomendaron que hablara de una película que vi hace cinco años aproximadamente, pero que sin
duda es digna de recordar. Así pues, les contaré sobre una cinta que
protagoniza la actriz germano americana Sandra Bullock.
Sandy (como le llaman
cariñosamente) estudió la carrera de actuación en la Universidad del Norte de Carolina, después
tuvo un breve paso por el teatro y la televisión, para culminar como una de las
estrellas más famosas, mejor pagadas y más queridas de Hollywood, pero ¿Qué es lo que hace a la Bullock esa actriz
que a todos nos cae bien? Yo supongo que además de su gran carisma, es su
calidad interpretativa, puesto que maneja todos los géneros, ya sea comedia, romance,
suspenso o drama. En casi todos sus papeles nos logra convencer haciéndonos
reír, reflexionar o incluso sufrir.
Entonces, el tema de
hoy es The Blind side (Un Sueño posible) que le mereció a
Sandra un Oscar y un Globo de Oro como
Mejor actriz. Ésta es una realización basada en el libro (The blind side: The evolution of a Game) de Michael Lewis que narra
el caso real de Michael Oher, un chico de color sin hogar, hijo de una mujer
adicta a las drogas, quien logra salir adelante y llegar a jugar futbol
americano para el equipo universitario Ole
Miss Rebels de Mississippi, gracias a su propia nobleza que lo hace ser un “protector” natural, cualidad que le
permite tomar la posición de tackle ofensivo izquierdo que cubre al mariscal de
campo en su punto ciego, según dicen los conocedores; también gracias a que es
adoptado por una familia con buena posición social y sin prejuicios raciales. Impulsados
sobre todo por la madre, Leigh Ann (Sandra Bullock) a conformar un núcleo
amoroso para Big Mike (Quinton Aaron), cada uno de los miembros logra un vínculo especial con el muchacho, sobre
todo SJ, así como todos obtienen algo bueno del nuevo integrante.
Yo no sé absolutamente nada
del juego con balón ovoide, pero esta historia te engancha. He de decir que
esas escenas clásicas de jugadas espectaculares que suele haber en las
películas sobre esta disciplina, fueron muy bien tratadas por el director John
Lee Hancock, quien permeó esos momentos de buen humor, al parecer propios de la
verdadera familia Tuohy.
Es un largometraje
ligero, que consiguió la empatía del público, al grado de reunir en taquilla
alrededor de 300 millones de dólares en todo el mundo, lo mismo que una
nominación a mejor película.
Está de más decir que
Sandra Annette nos ofrece una sensacional actuación de una peculiar mujer, quien
está empecinada en mostrar al mundo que la familia es lo que importa. Tan
convencida quedó la actriz que poco después de participar en este proyecto, adoptó a su hijo
Louis Bardo de origen afroamericano.
El libro de The blind side, por su parte, además de
esta emotiva trama, narra la evolución del deporte del emparrillado en los años
ochenta en Estados Unidos y también fue un best seller. Después, el propio
Michael escribió el libro I beat de odds (Vencí las expectativas); de igual
manera, sus nuevos padres Leigh Ann y Sean Tuohy escriben su experiencia en In a Heartbeat (En una corazonada) en el que afirman que:“We can all change people´s live by investing time in individuals” Todos podemos cambiar la vida de la gente
invirtiendo tiempo en los individuos.
Ciertamente un caso motivador.
Al final, como se dice
comúnmente, “en la vida real” Michael Jerome Williams Oher (nombre completo de
Michael Oher), fue un valioso jugador
profesional de los Baltimore Ravens, equipo con el que llegó a ser campeón en
2013 en el Súper Bowl XLVII y recién el año pasado firmó un contrato
multimillonario con los Tennessee Titans por cuatro años.
Hay una larga lista de
papeles con los que Sandra Bullock nos
ha emocionado, entre ellos encontramos también los que están relacionados con
dos de los más grandes novelistas americanos del S. XX. Me refiero al que estelarizó
en In Love and war (Pasión de guerra), donde dio vida a
Agnes Von Kurowsky, la enfermera de la que se enamoró Ernest Hemingway (Chris
O’Donell) durante su convalecencia en
Italia en medio de la primera guerra mundial y a quien al no convencerla de ser
su musa permanentemente, la convirtió en inspiración de algunas de sus obras.
Henry Villard y James Nagel escribieron un libro basado en el diario de Agnes,
lo que dio lugar a esta producción cinematográfica dirigida por Richard
Attenborough.
Otro ejemplo en el cual
la mujer de Máxima velocidad mostró su nivel histriónico en un rol relacionado
con la Literatura fue Infamous (Historia de un crimen), en el que interpreta a la escritora Harper
Lee, que apoya a su amigo Truman Capote en la investigación para escribir su
novela A sangre fría. Pero de Capote
y sus versiones cinematográficas hablaremos en otro momento De tinta y celuloide.
XVI La verdadera razón de la muerte
de García Márquez
El
año pasado, para estas fechas, estaba laborando como editora de la sección Vida
Q, aquí en El Universal Querétaro, misma en la que ahora tan amablemente me
prestan el espacio para que aparezca impresa esta columna; era 17 de abril y corría
un jueves como cualquier otro cuando nos enteramos de la muerte de Gabriel
García Márquez. Tuvimos que cambiar la portada que ya teníamos planeada, pues
por supuesto era una noticia de importancia internacional; el escritor
latinoamericano más famoso, así como reconocido desde mediados del Siglo XX había
fallecido a los ochenta y siete años.
Gabriel José de la Concordia García Márquez, el
Nobel colombiano, quien nos fuera prestado a los mexicanos como propio por los
muchos años que vivió en nuestro país, donde escribió gran parte de su obra,
lugar en el que al fin dedicó su último sueño, fue el gran maestro del Realismo
mágico. Por eso algunos han considerado que después de su deceso sólo nos han
quedado más de cien años de soledad sin su pluma, pues consideran que en las
nuevas generaciones no hay un exponente tan grande como él ni en la forma ni en
el fondo. Aunque yo difiero de ello, no entraremos en detalle de esta cuestión.
Algunos lo han llamado poeta, hecho que no me
hacía sentido hasta hace poco, puesto que casi siempre se desempeñó como
creador de novela y cuento, lo mismo que como periodista; sin embargo José Luis
Díaz Granados, en su libro Gabo en mi memoria nos muestra algunos
poemas que el autor del Amor en los tiempos del cólera escribió en sus tiernos
inicios. También dice acerca de Gabito (como le llamaban sus allegados) lo siguiente:
…queremos reconocer
en su narrativa magistral, el duende inequívoco de la lírica, las deslumbrantes
y arrobadoras gotas de luz con que suele constelar su prosa prodigiosa, y
corroborar así que la presencia de la poesía en la novela, el cuento y el
periodismo de Gabriel García Márquez no es solamente la prueba concreta de la
magnificencia de su parábola vital, sino que es la única artífice de una obra
que desde siempre nos ha pertenecido a todos y que se cristaliza en la memoria
de los tiempos…
Desde
esa perspectiva podemos decir que sí, García Márquez era un poeta, pero también
guionista, narrador, columnista, entrevistador, cronista, y hasta dramaturgo. Algo
curioso es que a pesar de sus enormes logros en la materia, no estudió letras,
pero sí la carrera de cine en el Centro
Sperimentale Di Cinematografia di Roma, además de que presidió la Fundación del
Nuevo Cine Latinoamericano y fundó la Escuela Internacional de Cine y
Televisión, ambas en Cuba.
Otra
forma en la que su carrera estuvo ligada al cine fue que sus libros han sido
fuente de inspiración para numerosas películas y sin duda lo seguirán siendo. En
México tenemos ejemplo de ello, recordaran ustedes, con cintas como El coronel no tiene quien le escriba, dirigida
por Arturo Ripstein en la que Fernando Luján demuestra su capacidad
histriónica, digna de la dinastía Soler.
Igualmente
está Memoria de mis putas tristes, su
última novela, llevada al cine en 2011 bajo la dirección del danés Henning
Carlsen con un reparto en su mayoría de actores mexicanos, filmada en Campeche
en una co-producción Dinamarca-España y México; a mi juicio, una buena
realización que refleja casi fielmente los ambientes, los personajes y la trama
del libro. Aquí quiero decir que fuera
de cualquier otro análisis, un tema recurrente de García Márquez y de esta obra
en particular es el amor. El personaje principal, un viejo periodista al que nombran
el Sabio (ese hombre de 90 años enamorado
de una chica a la que él llamó Delgadina, cual Quijote de su Dulcinea) es quien lo demuestra,
además de que nos lo recuerda cuando en uno de sus soliloquios dice: “Madre,
siempre creí que morirse de amor era sólo una licencia literaria”.
Los dos títulos que les acabo de mencionar y sus
correspondientes versiones fílmicas son para mí un buen resumen del mundo del
escritor de Doce cuentos peregrinos
en el que encontramos esos saltos repentinos dentro de la historia (tal como
brincan las ideas de cualquier genio) o la presencia de acontecimientos
fantásticos de los que heredó la afición por parte de su abuela, los cuales
mezcla con situaciones reales de corte social o político o incluso de su propia
vida.
García
Márquez gustaba de contar a su manera acerca de las anécdotas de antaño y de lugares
entrañables, (esos que nos recuerdan a la familia), pues era un ferviente
admirador de la cultura latinoamericana rica en historia, la historia hecha por
la gente, por el pueblo. Sin duda, no sólo amaba a la mujer y al Caribe, sino al
cine, al periodismo, pero sobre todo a la literatura. Desafortunadamente un mal
que entró a su cuerpo, en forma de enfermedad, lo alejó de su más grande pasión.
Así,
entonces, mi humilde conclusión es que Gabo murió de amor, pero sólo para
iniciar el regreso a su mágico Macondo.
XVII El
libro más hermoso del mundo (23
de abril Día Internacional del Libro)
¿Cómo se atreve? Dirán
ustedes, apreciables lectores. La verdad es que a mí también me parece imposible
decir cuál es el libro más hermoso del mundo. Sin embargo, ustedes y yo quizá podríamos
coincidir con algunas opiniones de los amigos que se reunieron en tertulia para
hablar de su pasión por los libros.
-Yo creo que es ese con
el que aprendiste a leer, pero también el que te leían tus papás por las noches
para irte a dormir cuando eras niño o el que te dejaron de tarea en la escuela
y al final te gustó -dijo Marcos, el anfitrión. Mientras tanto se seguían
sirviendo las botanas estilo mediterráneo y
deliciosos vinos mexicanos.
-No, el más hermoso es
en el que había una protagonista adolescente con la que me identifiqué cuando
tenía catorce –comentó Amelia-. No, no, prosiguió: fue el que leí en la Prepa
cuando era toda una revolucionaria.
-Los que leímos en la
Universidad, sin duda: queríamos cambiar al mundo y la lectura nos lo cambió a
nosotros -aseveró Diego-. Aunque, ahora que lo pienso, quizá el que leí cuando ya trabajaba y me hizo entender
cómo son las cosas en la política en todo el mundo… Paola lo interrumpió
diciendo: A ver hermanito, no entiendes la definición de “hermoso”; ese tiene
que ser el que te llevaste de vacaciones a la playa, el que te regalaron un
cumpleaños o una Navidad. Miguel que
siempre ha apoyado a Paola, su esposa, habló como si continuara el discurso de
ella: es el que tienes lleno de apuntes porque lo usaste para una presentación
en un diplomado que tomaste.
Ema, recién divorciada
e integrada de nuevo al grupo, no pudo resistir participar para dar su opinión
muy a su estilo, siempre como proyección
de su propia vida o su difícil relación con los hombres: es en el que has encontrado los parecidos con tu padre, tu
tío, tu esposo, tus hijos; el que leías cuando te separaste -aseguró.
Después de un breve silencio incómodo, Rubén intervino con
un tono más desenfadado: el mejor libro del mundo, el más hermoso es el que terminaste
de leer en el camión; sí, en los trayectos ida y vuelta a la escuela, al trabajo
o a la casa de la novia que vivía al otro lado de la ciudad. O el que
terminaste después de mucho, ya como un reto porque había algo que no te
convencía. -¡Claro, no eras tú, era el autor que le daba muchas vueltas al
asunto! Exclamó su justificación porque tardó mucho en leer la novela que habían
acordado todos hacía varios meses.
Para cortar el ánimo
del buen Rubén, pues si lo dejaban crecer podría crearse una batalla de dimes y
diretes sin fin, Alejandra se apresuró a comentar: “El libro” es el que le
leíste a tu bebé de once meses porque además con eso él aprendió a decir oso, casa.
Pero también el que me recomendaron el otro día en la oficina o el que traigo
en la Tablet, que por cierto no se me puede perder porque ¿saben? me hicieron
firmar responsiva por esa tableta.
Marcos volvió a sentarse a la mesa, después de haber traído
las últimas viandas y soltó con total desparpajo: El que leías cuando murió tu
abuelo, el que te recomendó tu mejor amigo que se fue a otro país, el que te acompañó
en las noches que no podías dormir, el que aún compartes con tu esposa ya fallecida,
el que se quedará en tu buró el día que ya no estés.
Entonces el ambiente se
tornó un tanto tenso, hubo una pausa algo larga. Pero, después surgió una
suerte de lluvia de ideas sin ton ni son. Eran Diego, Alejandra y Ema en una
especie de competencia.
-El
que prestaste y nunca te regresaron.
-El
que lees en tu lugar favorito: el parque, la cafebrería de la esquina o el
complejo cultual en el centro de la ciudad.
-Ese
por el que pagaste tres veces multa en la biblioteca porque en realidad no lo
querías regresar.
-Ese
del que puedes repetir pasajes enteros, pero nunca el nombre extraño del autor.
-El
que descubriste en uno de tus paseos por la librería que te llamó la atención
por su portada, lo mismo que por su costo.
-Ese
que estabas buscando desde hace mucho y lo fuiste a encontrar en el rincón de aquella
tienda vieja de libros usados.
-El de tu escritor favorito, el cual te trajeron
quién sabe de qué otro país porque cada vez que lo pedías estaba agotado.
- No, ya, el
mejor, el “hermosísimo” libro es del que
han hecho como quince adaptaciones de cine -dijo Rubén con seguridad. ¡Estás
equivocado! –Saltó Miguel-. Y añadió: el verdaderamente más grande es al que le
hicieron apenas una extraordinaria versión fílmica ¿se acuerdan? ese que Vianey
recomendó en De tinta y celuloide. ¡No inventes! -Dijo Amelia-. Ella ha
recomendado un montón de libros en su columna.
En lo que todos estuvieron de acuerdo fue en que no
importa el número de páginas, la tinta, la tipografía, la casa editorial, el
país de origen, ni siquiera la mano que empuñó la pluma que lo dio a luz.
- El libro, cualquier
libro, es el mejor. Qué más da si te acercaste a él por espiritualidad o por
aprender ciencia. Lo mismo que si te divirtió, te hizo llorar o reflexionar. No
importa si con él pudiste recordar la
historia de tu país o te desilusionó más la sociedad –afirmó Marcos con
seriedad. Y continuó diciendo: debemos procurarlos, cuidarlos, recomendarlos,
contagiar la afición por ellos.
Así continuó la velada
entre risas y charla. Entonces Paola y Miguel entraron al comedor con el
postre, al tiempo que todos se sirvieron café de Coatepec, para continuar con
las lecturas e intercambio de ideas.